España está actulamente por encima de la media de la Unión Europea en materia ecológica, ocupando el puesto 11 en el último Índice de Ecoinnovación. Nuestro hogar es el lugar en el que pasamos gran parte de nuestro tiempo, y más aún en los últimos 18 meses, por lo que tiene sentido empezar nuestro propio movimiento ecológico allí mismo.
El apoyo y la financiación por parte de los partidos políticos y los organismos reguladores de España siguen siendo insuficientes para poner en marcha iniciativas más respetuosas con el medio ambiente, así como la falta de concienciación de muchos ciudadanos. El cambio real sólo se producirá cuando las empresas den un paso adelante y asuman su responsabilidad, pero hay muchas cosas que podemos hacer para ayudar al medio ambiente, empezando por nuestros hogares.
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Consejos para tener casas más ecológicas
Aquí están nuestros 10 consejos para hacer que nuestras casas sean más ecológicas:
1. Reducir, reutilizar, reciclar y reciclaje creativo
Todos consumimos y usamos demasiado. Tenemos que pensar más en lo que compramos y por qué. Las preguntas que debemos hacernos son: “¿Realmente lo necesito?”, “¿Lo voy a utilizar?”, “¿Para qué sirve realmente?”. Cuando compramos de forma consciente, compramos menos, lo que no solo ahorra dinero, sino que también ahorra las dañinas emisiones de CO2 cuando se tiran los envases. Las camisetas y toallas viejas pueden reutilizarse como trapos, mucho mejor que las toallas de papel.
Utiliza bolsas reutilizables o de cáñamo en lugar de bolsas de plástico y reutiliza las bolsas de comida siempre que sea posible. Los envases de comida pueden reutilizarse, adquiere botellas de agua rellenables en lugar de las de plástico (que pueden tardar más de 1.000 años en biodegradarse), utiliza pilas recargables en lugar de las de un solo uso y no te olvides de utilizar papel reciclado para el papel higiénico, el papel de escribir o el de envolver. Y cuando hayas reducido y reutilizado todo lo que puedas, entonces podrás reciclar.
2. Cultiva tu propia planta
Cuando puedas, cultiva tus propias plantas y verduras. Tener plantas alrededor de tu casa no solo ayuda a producir más oxígeno y a absorber el dióxido de carbono, sino que también alegran el entorno. Si tienes un jardín o una terraza, haz un hueco para cultivar tus propias verduras. Prueba a utilizar una jardinera o un bancal elevado que se venden en la mayoría de los centros de jardinería o en Amazon.
Los tomates crecen muy bien, al igual que las hojas de ensalada, los pepinos, el ajo, la calabaza, las patatas, las judías y la mayoría de las hierbas. Si no tienes espacio en el exterior, puedes invertir en un huerto de encimera: tienen luces Led para dar luz y calor y ofrecen alertas sobre el cuidado de las plantas.
3. Haz tus propios productos de limpieza
La mayoría de los productos de limpieza se venden en envases de plástico y tienen muchas sustancias químicas tóxicas. Cuando haces tus propios productos de limpieza, sabes exactamente lo que contienen y además puedes reutilizar los envases. Un par de ejemplos sencillos son:
-Limpiacristales: 1/4 de taza de vinagre blanco, 2 tazas de agua caliente y aceite de árbol de té.
-Limpiador multiusos: 1/4 de taza de vinagre blanco, 1 cucharada de bicarbonato y 1 litro de agua caliente.
-Ambientador: 2 tazas de agua caliente y un aceite esencial de tu elección.
Todo ello puede guardarse en un juego de botellas de spray limpiador de vidrio no tóxico. Además, elige ingredientes no sintéticos cuando compres el champú y el gel de ducha. Como estas botellas acabarán siendo tratadas igual que otros objetos de plástico, puedes optar por pastillas de jabón aptas para el cabello y el cuerpo y que sean biodegradables.
4. Ahorra agua
Un consejo sencillo para ahorrar agua es poner un cubo bajo la ducha o una jarra bajo el grifo de la cocina mientras esta se calienta. Luego, puedes utilizar ese agua para tus plantas. Así ahorrarás también dinero. Las duchas suelen consumir menos agua que los baños (si se trata de una ducha rápida). Cuando laves la ropa, intenta que sea una carga lo más grande y a mayor temperatura posible, para no tener que usar tanta agua ni energía.También puedes pensar en invertir en un sistema que filtre el agua que sale de la lavadora y de la ducha/baño para poder recuperarla y reutilizarla, principalmente para el jardín.
5. Desenchufa tus enchufes y apaga las luces
Si no estás utilizando algo, apágalo y desenchúfalo de la pared. Aunque esté apagado, puede seguir consumiendo energía mientras está enchufado. Si no te apetece desenchiufar todo cada vez que salgas de casa, puedes utilizar una regleta que te permita desenchufar sólo una cosa. Y, si te da pereza apagar físicamente el interruptor de la luz, siempre puedes invertir en un sistema de luz inteligente que responda a órdenes de audio.
6. Cambia tu fuente de calefacción
Optar por energías renovables para calentar tu casa puede suponer un gran ahorro de emisiones de carbono. Las calderas pueden funcionar con cuatro combustibles diferentes: gas, combustible, electricidad o biomasa. Las bombas de calor son más respetuosas con el medio ambiente debido a su bajo consumo energético y también eliminan la necesidad de tuberías de gas y depósitos de aceite. En España, donde hay mucha luz solar durante todo el año, la instalación de paneles solares es una fuente de energía mucho más ecológica y limpia. Un termostato inteligente también ayudará a regular la calefacción. Aísla las ventanas y las paredes y utiliza aislantes bajo la puerta, para ayudar a mantener el calor durante más tiempo.
7. Vende, dona o reutiliza los muebles y utensilios domésticos viejos
La basura de una persona es el tesoro de otra. Cuando un mueble viejo se cae a pedazos, a menudo resulta tentador tirarlo, pero siempre habrá alguien que pueda aprovecharlo. También puedes donar tus muebles a una tienda de caridad o venderlos por Internet para que alguien los reutilice. Eso sí, no lo tires a la basura.
8. Bombillas de bajo consumo
Cambiar las bombillas por otras de bajo consumo también puede ayudar a reducir las emisiones de carbono. La mayoría de las bombillas que no son de bajo consumo no se pueden reciclar, así que cámbialas solo cuando dejen de funcionar. Los dLeds utilizan un 75% menos de energía y duran unas 25 veces más que la iluminación normal. También te ahorrarán una gran cantidad de dinero en la factura de la luz.
9. No desperdicies comida
Todos hemos sucumbido a compras espontáneas, tentados por una fruta fresca y jugosa, por ejemplo. Pero puede que la compres solo para que se quede sin comer un par de días después. Entonces empieza a echarse a perder y la tiras a la basura. Así que, la próxima vez que compres algo fresco, mete la mitad en el congelador. Además, si tienes que tirar (una vez) comida fresca, compóstala en lugar de tirarla a la basura. Los residuos de comida en los vertederos (que no están aireados) son una de las principales causas de metano, pero el compostaje evita la descomposición de los alimentos y la consiguiente liberación de gases de efecto invernadero. Además, es mejor utilizar un colador de té en lugar de una bolsa de té, ya que las bolsas de té contienen microplásticos que contaminan nuestras aguas y están matando a miles de criaturas marinas. Utiliza cápsulas de café compostables y usa envoltorios de algodón o de plantas o cera de abeja para tus alimentos en lugar de envoltorios de plástico o papel de aluminio.
10. Invierte en electrodomésticos de bajo consumo
Los electrodomésticos representan más del 30% de nuestra factura energética. Cámbialos por electrodomésticos de mayor eficiencia energética, como lavadoras, frigoríficos y congeladores que consuman menos electricidad. No sólo estarás ayudando a las iniciativas ecológicas en casa, sino que también acabarás ahorrando en tu factura.